La Artroplastia Total de Cadera (ATC) es uno de los triunfos más indiscutibles de la Ciencia Médica moderna. Durante siglos la gente con patología invalidante de cadera, sólo podía contemplar su futuro asumiendo unos años de dolor invalidante. Muchos procesos debilitantes de cadera que desembocaban al final en deambulación con muletas ó silla de ruedas, se hicieron tratables. Con el dolor aliviado y restaurada la función, muchos pacientes recuperan una vida independiente, sin excesiva sobrecarga para sus familias ó entorno social. Pocas intervenciones médicas pueden conseguir tales beneficios para el paciente y para la sociedad en su conjunto. El seguimiento a largo plazo ha demostrado que, a los 25 años, el 90% de los pacientes conserva la ATC hasta el seguimiento más reciente ó su fallecimiento. Diferentes enfermedades producen un deterioro articular de las Caderas, siendo las más frecuentes la Artrosis, la Necrosis de la cabeza femoral, enfermedades reumáticas como la Artritis Reumatoidea, la Espondilitis Anquilopoyética, las Fracturas del cuello femoral, etc. Una vez diagnosticadas estas enfermedades para indicar una ATC, hay que tener en cuenta antes unos factores: La edad es un importante factor en la decisión para proceder a una ATC; el nivel de actividad y la gravedad de los síntomas, son otros factores importantes. Pero la principal indicación de la ATC es el DOLOR. El dolor de cadera se caracteriza habitualmente por tratarse de un dolor inguinal ó a nivel del muslo anterior; generalmente empeora con la actividad física y se alivia en reposo. Este dolor rara vez se extiende por debajo de la rodilla. En ocasiones se observa dolor en las nalgas que tiene que diferenciarse del dolor radicular ó del dolor que procede de la columna lumbosacra. | El Cirujano Ortopédico deberá individualizar cada caso y valorar al paciente en su conjunto. Para poder ayudar al paciente a tomar la decisión, una vez que se cumplen los criterios adecuados, el Cirujano debe preguntar lo siguiente: ¿le impide su cadera realizar actividades normales de su vida diaria? ó ¿le impide su cadera realizar las cosas que son importantes para usted todos los días? Si la contestación a estas preguntas es afirmativa y el paciente está clínicamente estable y cumple criterios objetivos apropiados, probablemente la ATC sea lo más interesante para el paciente. Ahora hablemos de lo que no se habla habitualmente, que son las Contraindicaciones para poner una ATC. Tienen una contraindicación absoluta los pacientes con una infección activa; los pacientes con una Insuficiencia Renal crónica, por estar demostrado que presentan un elevado riesgo de infección; los pacientes que tienen una drogadicción con sustancias intravenosas, por el elevado riesgo de bacteriemia asociado a tal uso, igualmente los pacientes seropositivos para el VIH. También tienen una contraindicación aunque relativa los pacientes con múltiples comorbilidades importantes, los que han recibido elevadas dosis de radiación sobre la pelvis por temas oncológicos, por el elevado riesgo de fallo de la ATC; también tienen una contraindicación relativa los pacientes con ingesta etílica elevada, los que padecen una Artropatía de Charcot y los que sufren una Demencia, por el riego elevado de inestabilidad y aflojamiento de la ATC. |
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AutorMi conocimiento es para con la humanidad por que sin ellos no existiría. Artículos
Julio 2016
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