Un paciente que sufre una frac- tura por fragilidad, entendien- do por este tipo de fractura aquella que se produce por un trau- matismo menor, como una caída de la propia altura, en un paciente mayor de 50 años, en cualquier localización excepto el cráneo y la cara, y sin que haya indicios de otras patologías distintas a la Osteoporosis que la hayan provocado, ya “está” diagnosticado por concepto de Osteoporosis, siendo así obligado el tratamiento, in- dependientemente de otras consideraciones como la me- dición de la masa ósea. Por lo tanto, no es nada di- fícil llegar a un diagnóstico de Osteoporosis. Existen muchos factores de riesgo para desarrollar fractu- ras osteoporóticas, algunos de ellos con más influencia que otros, pero hoy en día consideramos que el factor de riesgo más importante pa- ra desarrollar una fractura de perfil osteoporótico, es el ha- ber padecido una previamente y este aumento del riesgo es indudable durante el primer año después de la primera fractura. El envejecimiento de la población está aumentando la prevalencia de Osteoporosis, que en España afecta a más de dos millones de mujeres y a 800.000 hombres, sien- do su incidencia con el paso de los años en aumento. El papel que tenemos los Traumatólogos es decisivo para actuar desde el diagnóstico teniendo una ventana terapéutica para actuar con rapidez para prevenir las fracturas sucesivas. En la actualidad hay en nuestro país 5 grupos farma- cológicos para el tratamiento de la enfermedad. Los más extendidos son los Bifosfonatos (alendronato, ri- sedronato, ibandronato y zolendronato) con diferentes pautas de administración e indicaciones; los modula- dores selectivos de los receptores estrogénicos (ra- loxifeno y bazedoxifeno); la hormona paratifoidea (PTH 1,34 ó teriparatida y PTH 1,84) con un perfil claramente osteoformador; el Ranelato de estroncio y últimamente el denosumab, que es un anticuerpo monoclonal enfo- cado a actuar sobre la vía del RANK ligando a nivel osteoclástico. La investigación trabaja a buen ritmo para encontrar nuevas soluciones, con nuevos frutos como son el romosuzumab y blosozumab que están en fase avanzada, así como el odanacativ que en los ensayos clínicos ha demostrado que reduce las fracturas y for- ma hueso; también se está estudiando otra molécula análoga a la teriparatida que es la abaloparatida. | Hoy en día con la evolución de la técnica en cuanto a materiales y tipo de implantes en el campo de la Cirugía Ortopédica y Traumatología, nos estamos preocupando mucho de que materiales implantamos en un hueso, pero tal vez no demasiado de en que hueso implantamos dichos materiales. Está claro que el hueso osteoporótico genera problemas. Hay que tener en cuenta que es un hueso con menor densidad cortical y trabe- cular, con sus propiedades de flexión y torsión alteradas y con colapsos trabeculares que dificultan en gran medida la fijación de los sistemas de osteosíntesis, con mayor riesgo de fracaso de la interfaz hueso-implante antes de conseguir la formación del callo de fractura. Hay trabajos que comunican hasta un 50 % de fallos en el sistema de osteosíntesis en fractu- ras de cadera inestables en pacientes osteosporóticos. Por eso planteamos utilizar implantes y sistemas moder- nos diseñados para este tipo de frac- turas, pero a nivel farmacológico tam- bién hay que actuar, así hay trabajos que nos confirman que con los bi- fosfonatos existe una menor pérdida ósea periprotésica, pero los productos que hoy en día está demostrado que incrementan la consistencia del hueso, favorecen una mayor estabilidad y durabilidad de los implantes son la PTH, al estimular la formación de hueso nuevo, incluso en los implantes cementados, en los que aumenta la resistencia a la tensión de la interfaz cemento hueso. Así que hay que seguir estu- diando esta enfermedad por excelencia que nos afecta en el siglo XXI. La prevención primaria es fundamental para evitar las fracturas, por ello hay que tener bien llenos los depósitos de vitamina D, que no sólo actúa sobre el hueso, sino que previene la pérdida de músculo y mantiene el sistema neurológico y cardiaco. Esta buena forma ayuda a protegerse de las caídas y, por tanto, a prevenir las fracturas. El déficit de vitamina D es la ca- rencia nutricional más frecuente en España. |
La afición a la práctica de actividades físicas durante los últimos 30 años, se manifiesta por el aumento constante del número de practicantes y por la diversificación de las actividades deportivas. Un hecho evidente es que los aficionados al deporte del Golf crecen constantemente y buena prueba de ello es que en la Comunidad Valenciana y sobre todo en nuestra provincia van aumentando el número de jugadores federados, ya que Alicante constituye una de las provincias de mayor oferta para la práctica de este deporte a nivel nacional, siendo un destino consolidado a nivel europeo, dado que nuestras condiciones meteorológicas habitualmente permiten la práctica deportiva del Golf durante todo el año. No olvidemos que el Golf es el deporte más practicado en el mundo después del fútbol. Si bien se admiten los efectos beneficiosos del deporte, como son la prevención de enfermedades cardiovasculares, reconocido equilibrio de ciertas enfermedades, sobre todo endocrinas, etc... también hay que considerar que es generador de traumatismos del aparato locomotor, bien agudos (fracturas, esguinces, etc.) ó crónicos, secundarios a microtraumatismos repetitivos ó que no se han tenido en cuenta. Por ello, el Golf no es un excepción y no puede ser considerado como un deporte inocuo para el aparato locomotor. Los traumatismos deportivos, que están determinados por unas exigencias especiales de esfuerzo y habilidades son todavía más exigentes en su tratamiento, pues deben conseguir un estado funcional capaz no sólo de realizar esfuerzos y habilidades comunes, si no de dar rendimientos superiores a los realizables por sus competidores. Esta exigencia de perfección morfológica y funcional ha determinado la búsqueda de terapéuticas especiales y ha contribuido al desarrollo de esmeradas técnicas. Al mismo tiempo ha aportado el estudio minucioso de las exploraciones clínicas y complementarias para llegar a diagnósticos precisos de las lesiones y al mejor conocimiento de las respuestas fisiopatológicas del organismo a las mismas. La presión por la excelencia, ó tensión interna que fuerza a la superación del estado actual, es un rasgo de la condición humana que se actualiza directamente a través de la creatividad ó de manera vicariante mediante los distintos aspectos del interés, el aprecio ó la aspiración hacia lo excelente. Cuando esta “presión por la excelencia” supera las posibilidades ó capacidades del deportista pueden aparecer distintos tipos de patología. Así y aunque la mayoría de las lesiones que tienen lugar en el deporte no difieren esencialmente de las que se observan en otro tipo de actividades, las exigencias del paciente-deportista en lo que respecta a la recuperación funcional y a la reanudación de la actividad deportiva son notablemente superiores. El Golf es un deporte de lanzamiento y para que se hagan una idea, en el gesto técnico de lanzamiento (Swing), intervienen 13 articulaciones y 69 músculos para proyectar la bola con el palo. Se trata de un deporte cuya técnica ha ido evolucionando en el transcurso de los años, desde el siglo XIX hasta la actualidad, así como el material ha progresado mucho con la aparición de nuevos materiales. Si bien el jugador de fin de semana está poco expuesto a la patología microtraumática, muchos golfistas no consideran este deporte como un mero pasatiempo, si no que buscan la excelencia en sus resultados, como indicaba anteriormente. Para este fin, son necesarias muchas horas de entrenamiento sobre el terreno, pisando el “Putting-green” y siguiendo los recorridos, lo que facilita que las lesiones sean frecuentes. En los jugadores profesionales las regiones más afectadas, son por orden, el carpo y la mano izquierdas, la región lumbar y el hombro izquierdo. En los jugadores amateurs estas regiones son por orden, la región lumbar, el codo, la mano y carpo, el hombro y la rodilla. Los mecanismos de producción del traumatismo pueden ser: repetición de los swings en el terreno, contacto con elementos distintos de la bola durante el swing, al agacharse, golpes con el propio palo, caídas, fundamentalmente. Es decir, pueden deberse a errores de técnica, de material ó de entrenamiento. Nos centraremos en la LUMBALGIA, la cual es un cuadro particularmente frecuente en los amateurs pero que también se observa en los profesionales; en el amateur debido a sus defectos técnicos y en el profesional debido a su hipersolicitación. Por ello, sirvan unos consejos y orientaciones para prevenir esta patología:
En Vithas Hospital Internacional Medimar (Alicante) estamos con el deporte y la prevención de las lesiones deportivas, así que mucho cuidado y a disfrutar practicando este deporte. |
AutorMi conocimiento es para con la humanidad por que sin ellos no existiría. Artículos
Julio 2016
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