Dr. José Ignacio Gimeno Abad
Cirugía Ortopédica y Traumatología.-Cirugía Artroscópica
Medimar Hospital Internacional
Cirugía Ortopédica y Traumatología.-Cirugía Artroscópica
Medimar Hospital Internacional
Las manos reumatoides y la cirugía ortopedica.
Las manos son, con los ojos, los órganos de más fina sensibilidad del individuo y los más expresivos de su personalidad (J. Rotes Querol). La mano es un órgano de prensión, y como tal, el símbolo de la fuerza y del poder, y el instrumento de la lucha y el trabajo, y junto con el cerebro, el órgano de la inteligencia. Las relaciones afectivas son la fuente de felicidad más importante de la vida, la cual ya de por sí es difícil, pero las dificultades se pueden superar si conocemos las causas y salvamos los obstáculos que nos impiden vencerlas. El tratamiento de los enfermos con Artritis Reumatoidea sigue un principio básico, consistente en la orientación desde una doble perspectiva, farmacológica y quirúrgica, ya que de nada sirve un correcto tratamiento médico sin cirugía, ni una adecuada corrección quirúrgica sin un soporte farmacológico. En el paciente reumático con afectación compleja ó con múltiples deformidades de la mano y la muñeca, la realización de cualquier tipo de técnica quirúrgica, constituye un reto para el Cirujano Ortopédico. La realización de un abordaje sistemático y ordenado es fundamental para formular y ejecutar el plan de tratamiento teórico que puede tener unos modestos resultados, pero una mejoría significativa en la función global de la mano. Si el tratamiento de alguna enfermedad de las manos precisa de un gran sentido común, ése es el de la muñeca y la mano reumatoides. Los objetivos del tratamiento quirúrgico son el alivio del dolor, la mejoría global de la función y de la estética, y tratar de enlentecer la progresión de la enfermedad. | La presencia de deformidades no es necesariamente una indicación quirúrgica; gracias al tratamiento farmacológico moderno combinado, muchas deformidades se desarrollan lentamente, son indoloras y mantienen un adecuado nivel funcional. En el caso de las manos, el paradigma lo constituyen ciertas deformidades de los dedos, como la mano en ráfaga cubital (MCF), en pacientes con buena función y fuerza de agarre, a pesar de la deformidad. Aunque la cirugía no cura la enfermedad reumatoide, es cierto que permite un razonable control sobre ésta, siempre que el tratamiento médico sea adecuado, proporcionando una buena calidad de vida a la mayoría de los pacientes. Los tratamientos deben ser individualizados, estableciéndose un programa quirúrgico que se prolongará durante años. Las complicaciones asociadas al tratamiento quirúrgico protésico (MCF) incluyen la recidiva de la desviación cubital (según Kirshenbaum y cols en un seguimiento de 8’5 años, ocurre una media de recurrencia de unos 7o de desviación cubital), rotura del implante (0 al 10%), infección (1’6 al 9%) y la sinovitis por partículas de silicona. Los estudios a largo plazo realizados (Cheng y cols, Rotwell y cols) sobre resultados nos indican que estos implantes son efectivos para cumplir los objetivos del tratamiento quirúrgico en el tiempo, pero no olvidemos que la Artritis Reumatoidea es una enfermedad crónica y de curso progresivo y poliarticular, por lo que pacientes que empeoraban a partir del 3-4o año, también mostraban cierto deterioro de otras articulaciones, como el hombro, el codo ó la muñeca, que tienen afectación sobre la función de la mano. Pero la mejor prueba de satisfacción del paciente con este tipo de cirugías, es que es común que los que presentan deformidad bilateral de las manos, solicitan la realización de este tipo de cirugía en las articulaciones MCF en la mano contralateral no operada, en primer lugar antes que de otras articulaciones afectadas por la enfermedad. |